lunes, 18 de agosto de 2008

EXPLOSIÓN DE CÁDIZ 1947



En las primeras horas de la noche – a las 21:45 horas-, del día 18 de Agosto de 1.947, el cielo de Cádiz se iluminó envuelto en una bola de fuego y acompañado de una fuerte explosión y honda expansiva que destrozó gran parte de San Severiano, los chalets de Bahía Blanca, los Astillero Echevarrieta, el hogar del Niño Jesús (Casa Cuna), el campo de la Mirandilla, el sanatario Madre de Dios, la misma Muralla de Puerta Tierra que salvó el casco antiguo de Cádiz a pesar de que las puertas de la catedral se abombaron y hasta parte de la Iglesia de San José.

Dicha explosión había sido producida por unas minas rusas procedente de la guerra civil que fueron almacenadas en la Base de Defensa Submarina y que había llegado procedente de Cartagena en el año 1943, en una cantidad de 1.600 cargas explosivas minas y cargas de profundidad de las que quedaron sin explosionar 491 y que más tarde fueron trasladada a la Sierra de San Cristobal.
Este año la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz estaba ubicada en la calle Zaragoza mandada por el Teniente Coronel D. Roger Oliete Navarro que a la sazón se encontraba destinado en Medina Sidonia por orden expresa del Director General de la Guardia Civil D. Camilo Alonso Vega que había mandado un radiograma con fecha 20 de diciembre de 1945 y confirmado en escrito número 1.678 del día siguiente para que pusiese su Cuartel General en esta población para estar más cerca de la Sierra de Cádiz debido al auge en este tiempo de los refugiados republicanos en la misma.
Esta noche estaba en Cádiz debido a que el Coronel Jefe del 37º Tercio de Málaga había venido varios días antes a pasar Revista a la Comandancia e inmediatamente puso toda las fuerzas de su mando a disposición del Gobernador Civil de la Provincia, así como otras que se fueron incorporando de todos los Puestos de la Provincia, pues en aquella época solamente había en la misma una sola Comandancia perteneciente al 37º Tercio de Málaga, y distribuida en 11 Compañías.
Todos los Guardias Civiles así como toda Cádiz entera, se echaron a la calle siéndoles asignadas diferentes misiones. En unos casos contribuyeron al rescate directo de víctimas bajo los escombros y evacuación de los heridos mientras que en otros establecieron cordones de seguridad alrededor de las zonas siniestradas al objeto de evitar los actos de pillaje.
Después de varios días se pudo contabilizar la perdida de 152 muertos, 5.000 heridos, 2.000 edificios dañados y 500 destruidos, e incluso en la contabilidad de la Comandancia de Cádiz, de desperfectos en la provincia consta como dañado en la 5ª Compañía de Sanlúcar de Barrameda, el cuartel de la Guardia Civil de Bonanza así como más de veinte cuarteles en toda la provincia.
Hasta la fecha no se ha podido demostrar si la explosión de Cádiz fue fortuito o un sabotaje y qué mejor que el documento escrito por Jesús Núñez y publicado en el Diario de Cádiz el 18 de Agosto de 2001, bajo el título de:
“La Explosión de Cádiz de 1947. ¿Accidente o Sabotaje?. Documentos del Archivo Varela refuerzan la teoría del sabotaje “.
Transcribo a continuación parte de dicho escrito.
“Los documentos del Archivo Varela
Por otra parte en el extenso Archivo del bilaureado general José Enrique Varela Iglesias, antiguo ministro del Ejército y Alto Comisario de España en Marruecos el 18 de agosto de 1947, junto a numerosos documentos que dan testimonio de las continuas gestiones, ayudas y aportaciones
económicas que a favor de los damnificados hizo el citado militar, existen dos documentos inéditos que refuerzan la teoría del sabotaje.
El primero es una carta manuscrita por un antiguo jefe de los servicios de contrainteligencia militar, fechada en octubre de 1947, y dirigida en Tetuán al general Varela. Su contenido, en la parte que afecta, no podía ser más interesante:
"Si Vd. cree que la catástrofe ocurrida en Cádiz fue un acto de sabotaje, creo que podría contarle una historia interesante relacionada con una que fue agente mía, del E. M., de los ingleses y de los alemanes y al final averigué que era una agente rusa, que sabe seis clase de letra a la perfección, seis o más idiomas, conoce todas las armas de guerra y tiene estudios de laboratorio y está liada maritalmente con un oficial de la marina de guerra con el que ha tenido tres hijos.
No me cabe la menor duda de que si ha habido sabotaje, esta Sra. tendrá parte en el mismo. Siendo agente mía tuve que hacer que trasladaran al marido al interior, para quitarle de la zona portuaria con Gibraltar pero consiguió que trasladaran al marido a Sanlúcar de Barrameda. Si Vd. me dice a que hora le puedo ver, yo iré a verle, lo que puede decir a mi casa por teléfono (teléfono 508)".
El segundo documento, clasificado como "Muy Reservado" se trata de una nota informativa policial emitida el 3 de enero de 1948 por la Brigada Político-Social de la Dirección de Seguridad de la Zona del Protectorado, y cuya transcripción en la parte que interesa dice:
"El pasado mes de mayo pasó clandestinamente de Francia y destinado a la región andaluza, un destacado miembro de la CNT (fracción de Federica Montseny) llamado "FRIAS", natural de Granada, y que enviado por el Comité Nacional de dicha organización en la nación vecina, tenía por objeto organizar en la región andaluza los grupos específicos que habían de llevar a efecto toda clase de sabotajes y actos vandálicos.
Por conducto de Tánger (estafeta Copérnico) se recibió de Touluse (Francia) una carta a finales de julio en la cual el "FRIAS" comunicaba al Comité Nacional, entre otras cosas de menor importancia, la siguiente noticia: Llego hoy de Cádiz, trabajo con nuestros hermanos de la Pirotécnica, pronto leereis en la prensa mundial noticias sensacionales. - A los pocos días ocurría la catástrofe de Cádiz".
En “Documento homenaje victimas de la Explosión de Cádiz (Sr. Jose A. Aparicio Florido)”, expone que son muchos los escritos que se refiere a la cantidad de víctimas que allí padecieron nombrando a varios autores y procedencias que se podía entresacar los siguientes, aunque este escrito está dedicado a las dos víctima sanluqueñas que murieron ese día como consecuencia de la explosión.
“La Mutualidad Siderometalúrgica dio a conocer una relación final con los veintisiete productores de los Astilleros de Echevarrieta y Larrinaga que murieron en aquella fatídica noche del 18 de agosto.
Por su parte, la Comisión Pro-Damnificados de la catástrofe elaboró otro listado bastante impreciso con las personas que habían sufrido la pérdida de algún familiar.
Un año después de la catástrofe, la Diputación Provincial de Cádiz había confeccionado también una relación casi completa de los niños y las religiosas que sucumbieron en el Hogar del Niño Jesús, conocido popularmente como la Casa Cuna.
Más "oficialista" fue la relación de fallecidos publicada por la revista "Brisas", auspiciada por el Gobierno Civil. En ésta figuraban los nombres de ciento dos cadáveres identificados y de otros treinta y dos sin identificar.
Un extracto bastante reducido de las víctimas se puede contemplar hoy en una placa expuesta en una de las capillas de la Iglesia de San José de Cádiz, muy próxima al lugar donde se produjo la deflagración, donde apenas constan unos cuantos nombres.
Sorprendentemente, el libro de enterramientos del cementerio de Cádiz, que actualmente ya ha sido clausurado y que pronto será demolido, también incluye un buen número de inexactitudes, inexplicables en algunos casos, que han permanecido sin corroboración hasta nuestros días.
El Padrón Municipal de Cádiz entre 1946 y 1947 también ha aportado bastantes datos adicionales a este estudio, aunque cuesta creer que ya en esa fecha los funcionarios municipales encargados de estos registros demostraran tan poca falta de disciplina en sus menesteres: apellidos y nombres mal escritos, domicilios dudosos, entradas duplicadas, cambios de domiciliación sin concretar, etc. Algunos errores son tan elocuentes que no pueden justificarse de ninguna manera.”
En este mismo trabajo, el señor José A. Aparicio Florido, expone un “listado definitivo de fallecidos” entre los que se encuentran estos dos paisanos que paso a detallar con los datos recogidos por este insigne hombre que nos ha dejado este trabajo para estudio de los que nos interesamos por ellos.
Gil Morales, María de las Nieves. Casa Cuna. Expósita. 3 años. Hija de Mercedes Morales García y Antonio Gil González, nació el 5 de agosto de 1944 en Sanlúcar de Barrameda, donde fue bautizada en la Iglesia Mayor Prioral de Ntra. Sra. de la O el día 21 de octubre de 1944. Ingresó expósita cinco días después. Fue identificada el día 30 de agosto en la foto número 67.
López Tudela, Francisco. Recinto Militar. Marinero Distinguido Electricista. 21 años. Era hijo de Ricardo y Encarnación y natural de Sanlúcar de Barrameda. Pertenecía al Grupo de Lanchas Rápidas.
También nos dice que:
“Todos los cadáveres, aun cuando no habían sido identificados, fueron enterrados en nichos individuales, de lo que queda plena constancia en el libro de enterramientos del cementerio de Cádiz. Es de suponer que la explosión fue un suceso tan horrible que no cabía imaginar que el número de muertos no hubiera sido mayor.”
José González Parada.

ver pdf http://www.scribd.com/doc/10970609/Explosion-de-Cadiz-1947